Huevos de choco a la plancha

Que Huelva es un paraíso gastronómico es sabido por todos, desde el jamón serrano hasta las gambas blancas, "tó está güeno". A lo mejor lo que no sabéis es que el otro producto estrella es el humilde pero riquíiisimo choco (sepia para los de Despeñaperros para arriba) de tal forma que los mismos onubenses se autodenominan "choqueros", en lugar del latinajo.

Hoy os quiero enseñar una delicatessen del choco, para que veáis que de este bicho como el cerdo, "hasta los andares".
Primero una aclaración: los huevos de choco NO son los testículos de la criaturita, como dice la leyenda urbana de los que no han visto un choco nada más que en tiras congeladas. Son unas glándulas pareadas que sólo tienen las hembras y que protegen los óvulos. Por ello son suaves, de textura muy delicada (hay que tener cuidado en sus cocciones porque se pueden fastidiar fácilmente) y de sabor tan exquisito y buscado que no son baratos, aunque tampoco precio langostino tigre. Pero si los encontráis frescos, no dudéis en comprarlos porque merecen la pena. Tienen que estar brillantes como éstos. Si los véis con un velillo opaco, es que no son del día.



Los podéis hacer cocidos y aliñados (con picadillo están de muerte. Con mayonesa, herejía) pero cuando están así y de este tamaño ¡a la plancha del tirón con aceite, sal y perejil! Y nada más que les camufle el sabor.
Yo los he acompañado con aliño de pimientos asados a la albahaca, que ahora están en su mejor momento. En la sencillez está la esquisitez.
El atrezzo no es de Quinta Avenida, pero en La Antilla y de alquiler, no hay para más.





Ingredientes: 

1/2 kg de huevos de choco, aceite, perejil y sal.

Elaboración:

  1. Lavarlos cuidadosamente, cuidado de no chafarlos. Secarlos con papel de cocina o un paño limpio.
  2. Asar a la plancha con aceite y sal unos 8 mts, dependiendo del tamaño, si son más grandes un poco más (se desmenuzará el coralito, pero es normal).
  3. Aliñar con salsa verde (aceite con perejil picado y sal, emulsionados)
  4. Si los queréis hacer aliñados, cocerlos en agua hirviendo con sal y laurel entre 10-15 mts dependiendo del tamaño y la cantidad. Escurrir, enfriar y cortarlos en rodajitas. Echar en el aliño.

Comentarios

  1. Que manjar es la sepia, que en Santander llamamos cachón. Y como sé que te interesan estas cosas, te explicaré brevemente el porqué de este nombre: Al principio del pasado siglo se instaló en nuestra bahía una colonia de pescadores franceses. Al pescar estos bichos y sacarlos del agua, ellos, como mecanismo de defensa, expulsan un chorro de tinta que te pone perdido si no andas listo y entonces los franchutes exclamaban: ¡Cochon! (¡Cerdo!) y la palabreja derivó en "cachón". De la misma manera que a los calamares, por la misma razón, les llamamos maganos: Marranos, magggganos, que decían ellos todo indignados :-)

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  2. Jajajaajaja me encanta la historia!! Gracias Javier, por tu comentario y por tu ilustración. Vamos a tener que hacer un diccionario Cántabro-Andaluz. Un beso muy fuerte

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