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Mostrando entradas de marzo, 2015

Cake de arándanos al limón

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¡Qué ganas tenía de hacer un bizcocho con arándanos! Cuando los veía en las recetas americanas (es casi la frutilla nacional) se me caía la baba. Yo los había comido en tartaletas, mezclado con otros frutos rojos, en el saludable zumo, pero solos no. Y es que el precio que tienen las bandejitas de estas delicatessen en España, o al menos en Sevilla, es de lujo. Eso me echaba para atrás. Además, al ser fruta de verano, época en la que enciende el horno Rita, se me pasaba la estación. Pero hete aquí que encontré el otro día en mi hiper habitual una promoción de los susodichos a muy buen precio. Desgraciadamente no eran de Lepe (el mayor productor y exportador de frutos rojos de Europa, ahí es nada, y está en Huelva) sino de Chile, que anda ahora por el verano. Bueno, no van a tener el mismo sabor, peeero, el antojo pudo más. Eso sí, me traje sólo una bandejita aunque la receta pedía dos (y no sé por qué, ya que fue suficiente. Las americanas e inglesas, que abarrotan los bizcochos d

Pollo a la canilla

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Para chuparse los dedos,literalmente. ¿Quién no recuerda el alborozo en esos días de la infancia cuando, tras la consabida pregunta (porque los niños preguntan tooodos los días y con vivo interés qué hay de comer. Ellos siempre esperan un regalo, una sorpresa, estoy convencida) te decían "Pollo al ajillo"? Era una fiesta. Era el día en que se podía comer con las manos, no había que batallar con los cubiertos, y encima nada de broncas por pringarse hasta las cejas o tener la barbilla chorreando aceite.  ¡Y era obligatorio chuparse los dedos! (esa ley sólo regía en honorable caso de almejas o gambas) Pues con la receta de hoy, siéntanse como niños, pónganse el babero que les bordó la abuela y no se pongan la crema hidratante por la mañana porque van a acabar con el cutis más brillante que las botas de un capitán de caballería. Porque esto es un pollo al ajillo para "mayores de 14 acompañados", es decir, con un buen "lingotazo" de manzanilla. La

Spaghetti sin gluten en salsa de piquillos

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Hoy plato de restos, de esos que salen más ricos que la receta madre. Que una es fanática del "Aquí no se tira nada" ya os habéis dado cuenta. Pero que llego al extremo de las salsas que sobran de cualquier guiso, quizás no me creíais tan exagerada. Pues sí. Si un pollo guisado me ha salido más caldoso de la cuenta, pasta con la salsa y los posibles tropezones. Que ha sobrado de la caldereta de pescado caldo que no empaparon los barquitos de pan y 1 almeja que se despistó de su grupo de turistas: arroz de verduras a banda. Hice un bacalao con salsa de piquillos que salió buenísimo (pero la criaturita poco fotogénica para el blog) del que sobró una buena cantidad de salsa.  ¿Se tira? ¡Sacrilegio! ¡Si ahí estaba la gracia de la receta! ¿Arroz? Muy visto. ¿Para unos lomos de merluza congelados? ¿Otra vez pescado? Mmmm.... Pasta. A ver qué pasa. Y salió esta maravilla con el sabor y el aroma del bacalati (los espaguetis de la foto son de trigo porque hacemos de los dos

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