Carpaccio de rape y gambas a la vinagreta de naranja

¡¡FELIZ 2015!!
Sí, ya sé que voy con retraso, pero, honestamente, no me apetecía nada ponerme delante del ordenador durante las vacaciones de Navidad (aunque fuera para tarea tan grata como compartir mis recetas en este blog) habiendo montones de distracciones muy placenteras en el mundo real durante estos días.
Pasados unos Reyes estupendos en los que me han inundado, literalmente, de mi vicio favorito (los libros), retomo la rutina de asomarme a este ventanuco virtual con alguna delicia para el paladar.

¿Eso significa, Loro, que no has entrado en la cocina estas Navidades? Nooo, claro que la hemos hollado, pero en casa no somos de comilonas pantagruélicas, por lo que celebramos de manera ligera, unas tapitas y algún plato un poco más exquisito.
Hela aquí, la delicatessen que hice para Nochebuena, que tuvo tal éxito que me pidieron repetirla en Fin de Año y creo que se va a quedar fija para eventos chispeantes porque es tan fina, agradable al paladar y tan fácil, que si os animáis a hacerla estoy convencida de que vais a recibir la misma ovación y petición.

Siento tardanza, pero como vale para cualquier temporada (las granadas se pueden sustituir por cualquier fruta ácida. Estoy pensando ahora mismo que unas grosellas o unas fresitas de primavera le vendrían estupendamente) la guardáis y os lucís cuando os plazca (esa cenita romántica tantas veces pospuesta, por ejemplo ;))

Lujos al alcance de todos



Ingredientes:

  • 1 cola pequeña de rape, limpia de pieles y espina central.
  • 24 gambas tamaño mediano-grande.
  • 1 bolsa de canónigos
  • 1 granada
  • sal en escamas
  • cebollino
Aliño:
  • ralladura de 1 naranja y el zumo de media.
  • aceite de oliva 
  • vinagre de Jerez.

Elaboración:

  1. Congelar la cola de rape 40 mts-1 hora, para matar el anisakis y facilitar el corte del pescado. No tiene que estar hecho un bloque de hielo, lo suficientemente duro para poder cortar finas láminas con un buen cuchillo afilado. Disponerlas en la fuente donde se vaya a servir.
  2. Pelar las gambas, hacerles un corte a lo largo para poder quitarles el intestino y lo suficientemente profundo para que queden abiertas pero sin separarse en dos mitades.
  3. Extender un trozo de film transparente, disponer las gambas y tapar con otro trozo de film. Aplastarlas con el rodillo suavemente, sin hacer papilla, sólo aplanar. Distribuirlas acaballadas sobre las láminas de rape.
  4. Lavar los canónigos y ponerlos en el centro de la fuente.
  5. Cortar la granada por la mitad y sacar los granos (yo no tengo paciencia para golpearla con el cucharón de madera y que caigan, así que cojo la vía rápida: guantes de goma para que no se me pongan las manos negras y los saco con las manos). 
  6. Preparar el aliño: mezclar la ralladura, el vinagre y el aceite (no pongo cantidades porque hay gente que le gustan aliños fuertecitos y otros más suaves) e ir añadiendo el zumo de naranja hasta que esté a nuestro gusto, teniendo en cuenta que al carpaccio le realzan los sabores con carácter. Yo no le llegué a poner todo el zumo. Emulsionar (si lo metes en un bote y lo agitas, mejor).
  7. Añadir al carpaccio la sal en escamas, adornar con la granada y terminar con un buen chorreón del aliño y cebollino bien picadito. Servir fresquito.

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